Según indica “UNESCO”, las cooperativas escolares son “sociedades de alumnos administradas por ellos con el concurso de los maestros con vistas a actividades comunes. Inspirados en un ideal de progreso humano basado en la educación moral de la sociedad de los pequeños cooperadores por medio de la sociedad y el trabajo de sus miembros”.
A imagen y semejanza de la dirección del colegio, distintos cursos han llevado a cabo la creación de una cooperativa escolar. Se trata de la formación de pequeñas empresas formadas por todos los alumnos de un curso, que determinan en asambleas todas las decisiones a tomar para el buen devenir de su cooperativa. Los miembros eligen democráticamente los distintos cargos de la cooperativa: presidente, vicepresidente, secretario, tesorero… e incluso el nombre que recibirá su empresa.